ICARO Y EL BUCLE DEL TIEMPO


Ícaro, vas a poder volar como las aves, pero no subas demasiado alto porque el calor del sol derretirá la cera de tus alas y caerás al mar. Tampoco vueles demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las plumas de tus alas y ya no podrías volar.

Desde que era pequeña me fascinaba con las historias de la mitología griega y aun sigue siendo un misterio para mi el porqué de mi fascinación, si siempre me pareció de lo más injusta, ¿Será que desde niña comprendí que no había finales felices? o peor aun ¿Será que entendía que simplemente no había un final?

Mantener una postura es muy fácil, el verdadero reto es estarte reinventandote.

O frio o caliente porque al tibio lo vomito...facil.

El reto es mantener el equilibrio entre esas polaridades, es sumamente difícil; en lo personal encontrar un equilibrio emocional ha sido de las tareas más complicadas de mi vida, mantener el equilibrio implica un constante movimiento para permanecer inmóvil aunque suene ilógico; esa es la paradoja del equilibrio.

Cuando uno encuentra la felicidad en la euforia y se deja dominar por el bullicio, es muy complicado que permanezcas inmóvil, comienzas a volar más alto y cada vez más, ya estás cerca del sol que comienza a quemar, aunque con lo fresco del aire no te das cuenta; por el contrario si no te encuentras disfrutando del viaje, dejas de mover las alas y con ello comienzas a perder altura y puedes caer al mar; tal y como le pasó a Ícaro.

Creo que en la vida existe un bucle del tiempo que se basa en pruebas y que si no son pasadas, comienza la prueba otra vez y la única forma de avanzar en este bucle es superando la prueba y lo único que te queda es buscar opciones distintas de superarlas.

Hace tres años tuve un sueño muy vívido por ponerlo de una forma que suene humanamente posible; en ese sueño se insertó en mi cabeza la teoría del bucle del tiempo aunque en ese momento no entendí porque tenía muchas cosas que resolver antes de entrar en cuestiones de espacio-tiempo.

En estos tres años he trabajado en distintas áreas de mi vida, he tratado de formas distintas los diversos problemas y he obtenido resultados diferentes, lo cual sinceramente me tiene muy contenta porque los resultados más allá de sentirlos, son palpables y se pueden ver.

Con todo lo que he soñado, con todo lo que he vivido, me es imposible no preguntarme si habrá mundos paralelos respondiendo a distintas decisiones tomadas a lo largo de la vida. Entra en mi cabeza la posibilidad de pensar que si no publico este escrito por pequeña que parezca la acción puede cambiar todo lo que me rodea en el futuro; en muchas ocasiones para salvarme de la ansiedad he llegado a pensar que no tengo futuro y que solo tengo este instante en el que golpeo las teclas de la computadora para compartir  las miles de ideas que tengo diariamente; sin embargo, no niego que por las experiencias vividas y los sueños cumplidos en cierta forma, entra cada vez mas la posibilidad de que los mundos paralelos existen o que la realidad se va construyendo día a día y que uno tiene la capacidad de saltar de mundo en mundo, de dar un vistazo a los distintos resultados de las diferentes decisiones tomadas; no dudo ni por un instante que las drogas y el alcohol pueden ser de gran ayuda para moverte de un lugar a otro pero sin control alguno; por otra parte si se encontrara la forma de moverse entre los mundo de forma sobria y consciente, se tendría el control de como cuando y donde hacer ese salto cuántico.

Ícaro solo tuvo una oportunidad, voló tan alto que se quemó; yo, como Ícaro, he volado muy alto sin miedos ni control y me he quemado una y otra vez y cada vez que tenia la oportunidad de ponerme alas, lo volvía hacer y ya devastada en el suelo, me preguntaba ¿Qué es lo que estoy haciendo mal, que siempre me pasa lo mismo?, no percibia que las mismas situaciones se me presentaban en forma de oportunidad para hacer las cosas diferentes y sin embargo volvía hacer lo mismo. Llegó el momento en que entendí que cuando me ponía las alas, ya no podía volar alto, que ya no podía volar sin miedo y que siempre tenia que tener el control; entonces comencé a volar muy pero muy bajo, mis alas se mojaron y me hundía en el mar. Repetí la acción de volar bajo, con miedo, con control y me hundí un sin fin de veces; desesperada, golpeada, quemada por el sol, cansada de nadar sin dirección, quemé las alas, renuncié a volar, decidí que mi vida no era de acción porque todo lo hacía mal, decidí observar.

Sumamente cansada de volar alto, de volar bajo, de sentir la excitación que te da el aire, las alturas, el mar y a pesar de todo eso, saber que tarde o temprano vas a sufrir de quemaduras o de ahogamiento, termina por quitarte el placer de volar, de vivir; en medio de la profunda tristeza que es no saber vivir porque no encuentras el equilibrio apareció la Diosa Eleos en mi vida.

Eleos

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Ir a la búsquedaEn la mitología griega Eleos (en griego Έλεος) era la personificación de la piedad, la caridad y la misericordia. Este espíritu benigno era hija de Érebo y la Noche, y tenía como opuesta a Anaideia, la crueldad.

Eleos tenía un altar en el ágora de Atenas. Tal como relata Pausanias (i.17 §1), «los atenienses son los únicos entre los helenos que adoran a este ser divino, y entre todos los dioses es el más útil para la vida humana en todas sus vicisitudes». Era un templo de decoración modesta, sin estatuas ni rituales, pues la diosa moraba sólo en los corazones de los hombres. En él se escuchaba a todos los suplicantes día y noche por muy horrendos que hubieran sido sus crímenes. Por esto aquellos que imploraban el asilo de los atenienses, como Adrasto o los heráclidas, acudían al altar de Eleos pidiendo clemencia. Su equivelente romano era la diosa Misericordia.


Sintiendo una profunda pena por mis múltiples fracasos, comencé a contarle a Eleos todo lo que había hecho para poder volar, le conté que de tanto fracaso ya no queria volar, que siempre había sido muy doloroso y que ahora solo tenia miedo.

Ella, Eleos; con profundo amor comenzó a explicarme el porqué de mi constante aprendizaje, comenzó a platicarme de lo que era el EQUILIBRIO, que no se ganaba ni se perdía en la vida, simplemente se aprendía las distintas formas en las que se puede vivir una misma experiencia. Cuando Eleos hablaba yo podía sentir como algo dentro de mi se reparaba, algo dentro de mi se reestructuraba porque ya no era igual que antes; ella hablaba un idioma diferente y yo lo entendía a la perfección, tal vez no era capaz de hablarlo pero si que lo entendía.

Con la ayuda de Eleos, los bucles del tiempo ya no me dan miedo ni ansiedad; ahora los espero con la certeza de que puedo saltar de mundo en mundo con las distintas decisiones que voy tomando y me puedo maravillar con los resultados porque tarde o temprano me doy cuenta que son los mejores resultados que jamas he podido esperar.

Soy una viajera en el tiempo, en este tiempo tan caótico en que puedo pasar desapercibida, viajo de situación en situación, repitiendo mil y un veces las lecciones no aprendidas, brincando en tiempo y espacio las situaciones superadas; soy una viajera que decidió que saber es mejor que preguntarse y por eso estoy dispuesta a vivir todas las experiencias posibles implementando distintas formas para saber cuales me son convenientes y cuales no.


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