LOS DEMONIOS
El sábado pasado pensaba en todo lo que nos preocupamos por todo lo exterior, como por ejemplo:
Me di cuenta que mis demonios se alimentan de mi miedo y no está mal sentir miedo, lo malo es evadirlo siempre porque entonces el miedo se convierte en pánico y creanme, me ha pasado a lo largo de mi vida; el pánico me ha paralizado, ahora que comienzo a enfrentar mis miedos me doy cuenta que solo yo les doy vida; no ha sido fácil pero con ejercicios tan sencillos como esas listas mentales que les comentaba, son mucho más llevaderos.
El calentamiento global.
Que si va a comenzar la tercera guerra mundial.
Que la obesidad es un problema de salud.
Que si el país va de mal en peor.
Y aquí podría pasármela toda la mañana, en todas las cosas que nos "preocupan" o en las que de pronto pensamos y nos pueden angustiar y eso solo por poner un ejemplo, porque si nos vamos por cuestiones más personales, eso es oooootro rollo, por ejemplo:
Que necesito ir viendo otras entradas de dinero porque ya no me alcanza.
Que necesito perfeccionar mi inglés.
Que si que sera de mi vida en unos 5 años.
Y mejor no hablamos de los temas amorosos porque ese ya es otro universo.
Con todo lo anterior, quiero decir que tenemos un sin fin de cuestiones que rondan por nuestra mente en todo momento y que siempre estan presente y tal vez no nos demos cuenta, pero nos desgastan de una forma tal que de pronto desencadenan en crisis o por lo menos así me sucede a mi.
Yo soy alcohólica en recuperación, acabo de cumplir un año de sobriedad y tenía meses diciendo que el alcohol ya no se me antojaba; este fin de semana me di cuenta que con esta enfermedad nada es permanente.
El sábado pasado hice un actividad en el campo y comencé a sentir esa obsesión por beber, que hace que las manos te suden, que la boca se te seque y en lugar de beber me di un santo atracón de azúcar y me di cuenta que uno de mis demonios es el alcohol, porque se disfraza de muchas cosas y emociones; en mi caso personal, se disfraza de cansancio, alegría, tristeza, ira, euforia, satisfacción y entonces cuando estaba luchando con la sensación de esa "sed de la mala" pensé que el único sentimiento con el que no se mete mi demonio alcohol es con el agradecimiento, así que comencé a hacer un ejercicio de agradecimiento, que comenzó desde de las cosas básicas como el respirar, techo, alimento, salud, familia, amigos, calzado, vestido etc; hasta las cosas mas complejas y me funcionó.
Les comento todo lo anterior porque alguna vez leí una frase de Isabel Allende que me gusta mucho:
Nuestros demonios pierden su poder cuando los sacamos de las profundidades donde se esconden y los miramos a la cara en plena luz del día
Me di cuenta que mis demonios se alimentan de mi miedo y no está mal sentir miedo, lo malo es evadirlo siempre porque entonces el miedo se convierte en pánico y creanme, me ha pasado a lo largo de mi vida; el pánico me ha paralizado, ahora que comienzo a enfrentar mis miedos me doy cuenta que solo yo les doy vida; no ha sido fácil pero con ejercicios tan sencillos como esas listas mentales que les comentaba, son mucho más llevaderos.
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